Muertos de la risa by Jean-Pierre Martinez

Muertos de la risa by Jean-Pierre Martinez

autor:Jean-Pierre Martinez
La lengua: eng
Format: epub
editor: La Comédiathèque


9 - Oración funesta

Un hombre (o una mujer) se recoge ante un ataúd abierto. Otro (u otra) llega. Un jarrón con flores sobre un velador.

Dos - Hola, buenos días... (Vacilante) ¿Me reconoces...?

El otro no parece reconocerle.

Dos - Rafael...

Uno - Ah, sí, por supuesto... Hace tanto tiempo...

Dos - Vine en cuanto me enteré.

Uno - Sí. Yo también...

Dos - No le había vuelto a ver desde el colegio. No sé si le hubiera reconocido. Ha cambiado, ¿no?

Uno - Sí. Está muerto...

Dos - Fue un profesor inolvidable, ¿verdad ?

Uno - Han pasado más de treinta años, y todavía le recordamos.

Dos - Hay profesores así, que te marcan con su impronta de por vida.

Uno - Es cierto...

Dos - No estoy seguro que, sin él, todavía me acordara de memoria de mis declinaciones alemanas.

Uno - Era un excelente pedagogo...

Dos - Mmm... Algo severo quizás...

Uno - Adolfo...

Dos - El Fürher, como le llamábamos.

Uno - Lo decíamos en broma...

Dos - Los chicos son crueles, a veces... Era sólo para divertirse un poco...

Uno - Seguro que él no nos daba muchas ocasiones para reírse...

Dos - ¿Te acuerdas de cuando casi te rompió un dedo con su regla porque te había sorprendido metiéndotelo en la nariz?

Uno - Y que lo digas... (Enseñándole su mano) Mira, todavía se puede ver la cicatriz... Y tú, cuando dejó colgado en el perchero durante toda la hora de clase porque habías confundido el dativo con el genitivo...

Dos - Mira, me ha quedado una marca roja alrededor del cuello...

Uno - Es lo que tu decías: hay profesores que te marcan con su impronta de por vida...

Dos - Verle así tendido aquí dentro, con su bigotito... Treinta años después...

Uno - Sí... Yo tampoco, me lo habría perdido por nada del mundo... Ahora vivo en París. ¿Y tú?

Dos - En Los Ángeles.

Uno - Así que tú tampoco tendrás muchas oportunidades de sacar provecho de tu perfecto conocimientos de las declinaciones alemanas... (Suspiros) Bueno... Todo eso era hace mucho tiempo.

Dos - Sí. Era otra época...

Uno - Tampoco vamos a cabrearle, ya que no está aquí para defenderse.

Dos - Tienes razón... Que en paz descanse.

Permanecen un momento en silencio, mirando fijamente hacia el interior del ataúd, con recogimiento.

Uno - ¿No tenía los ojos cerrados cuando hemos llegado...?

Dos - No sé... Sí, es posible... Me parece que sí...

Uno - Tengo la sensación de que nos está mirando...

Dos - Con la misma mirada aviesa de antes...

Uno - Y si no estuviera realmente muerto...

El otro coge el jarrón, le quita las flores, y asesta un golpe en el cráneo del muerto. Luego repone las flores en el jarrón y el jarrón en el velador.

Dos - Bien. Ahora sí que está muerto.

Uno - Que descanse en paz (Después de un momento) No creo que tengamos problemas ¿no?

Dos - No podíamos arriesgarnos a que fuera incinerado vivo.

Uno - Tienes razón. Es el último favor que podíamos hacerle...

Se disponen a irse.

Dos - No le gustaban mucho los judíos, si no recuerdo mal.

Uno - Quieres decir que era totalmente antisemita... (Se van) Y por otra parte.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.